Ricardo Espín Pérez-Santamarina, quien ya lo había ganado en 2019, recogió el premio de la 50 edición del certamen poético en una velada organizada por el Centro Cultural y Deportivo de La Palma que también distinguió a los jóvenes valores y otorgó cargos de honor a Ángel Aparicio y a José Escribano, siendo el momento más emotivo el homenaje a Francisco Martínez Escudero. Martínez Pagán, mantenedor de esta edición, indicó que el origen de este certamen llega a la época romana.
Ricardo Espín Pérez-Santamarina, quien ya lo había ganado en 2019, recogió el premio de la 50 edición del certamen poético en una velada organizada por el Centro Cultural y Deportivo de La Palma que también distinguió a los jóvenes valores y otorgó cargos de honor a Ángel Aparicio y a José Escribano, siendo el momento más emotivo el homenaje a Francisco Martínez Escudero. Martínez Pagán, mantenedor de esta edición, indicó que el origen de este certamen llega a la época romana.
Posteriormente, éste último otorgó sendas placas a Ángel Aparicio y a José Escribano, en las cuales se les nombraron Secretario Perpetuo y Presidente de Honor del Centro Cultural y Deportivo, respectivamente.
A continuación, tuvo lugar el momento más emotivo de la velada, pues se procedió a rendir homenaje a Francisco Martínez Escudero, poeta y miembro del jurado del los Juegos Florales entre los años 1984 y 2016. Para ello, su esposa, hijas y nietos subieron al escenario y recitaron varias poesías en recuerdo de este ilustre palmesano. También se les entregó una placa conmemorativa.
Seguidamente, se procedió a la entrega de los premios del `XXIX Concurso Nacional de Poesía Joven´ para lo cual la presidenta del jurado, Beatriz Moreno, procedió a la lectura del fallo. Los galardones fueron, en la primera categoría, para Eva Sánchez, del Colegio Maristas de Cartagena, por su trabajo “Armonía perdida”; y en la segunda categoría, para Selena Araiz, del IES Carthago Spartaria de La Palma, por su poema “Saber vivir”. Ambas leyeron sus respectivos versos premiados
Y llegó el turno para Tomás Martínez Pagán, mantenedor de esta edición de los Juegos Florales. En su exposición, nombró a las grandes personalidades que lo han precedido como mantenedores en ediciones anteriores. También recordó que el origen de este certamen se remonta a la antigua época romana.
Pero, sobre todo, el mantenedor hizo hincapié en el lema de los Juegos Florales: Patria, Fe y Amor. «Estos deben de ser nuestros pilares fundamentales pues, de esta manera, se construye España, se fomenta la unidad, la convivencia y el desarrollo y, así, se hace camino a nivel de sociedad. Debemos sentirnos orgullosos de formar parte de ella, de su pueblo, su territorio, su herencia histórica y cultural, su gastronomía, su gente diversa y su proyecto común. Aquí en La Palma, también se ha hecho camino después de 50 años de Juegos Florales y de 500 años de la existencia del pueblo». Al concluir su intervención, Pagán fue obsequiado con una placa en la que se le nombró Socio de Honor del Centro Cultural y Deportivo, y firmó en el Libro de Oro de los Juegos Florales.
Posteriormente, tomó la palabra Álvaro Valdés, concejal de Empleo, Formación y Contratación, quien puso a disposición de La Palma todos los recursos del Consistorio Municipal. La velada finalizó con una actuación de Greta y Matas, conocidos como los hermanos Kuralaviscius, quienes deleitaron a los presentes con unas piezas musicales interpretadas a violín y piano.
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