La última edición del festival palmesano ha estado dedicada a la mina y todo lo que su universo sociológico representó en la transición de una serie de cantares folklóricos hacia el arte flamenco de Cartagena-La Unión. Muchos de los aludidos cantarcillos, con su basamento en el ámbito rural, fueron malagueñas, cantes de trilla y los llamados cantes de la madrugá o malagueña de la madrugá, llamados así porque se entonaban cuando jornaleros y agricultores comenzaban sus faenas agrarias. Buena parte de estos trabajadores, a partir de 1840, se emplearon en la mina, continuando sus costumbres en ese ámbito. Hemos leído en muchos textos como Antonio Grau Mora “El Rojo, el Alpargatero (Callosa de Segura 1847-La Unión 1907) los escuchaba cantar cuando emprendían con sus trapos la subida de la cuesta, camino de las oscuras galerías. El Rojo y los cantaores que empleó en su café cantante de La Unión y en su posada de Cartagena fueron dando forma a esta materia prima musical para generar el patrimonio flamenco de la comarca: taranta cante matriz, cartageneras, taranta de Cartagena, seis estilos de tarantillas o mineras, levantica, malagueña de Cartagena, malagueña del trovo, sanantonera, fandango y verdial minero. De la importancia de los cafés cantantes en este feliz alumbramiento habló Francisco José Ródenas Rozas, historiador, archivero y cronista oficial de La Unión. Lo hizo en sustitución de una ausente Génesis García, anunciada con la charla “Del campo a la mina. Mandar trabajando y mandar trovando”. La segunda charla fue pronunciada por Juan Ruipérez Vera, escritor biógrafo de don Antonio Piñana Segado, recuperador de muchos de los cantes antes enumerados, recibiendo dicho magisterio durante los años 50 del pasado siglo XX en la voz de Antonio Grau Dauset, uno de los hijos del Rojo. La conferencia de Ruipérez se ilustró con los bailes y cantes del Grupo Folklórico y el cante del Potro de Portmán, acompañado del guitarrista Manuel León. Pudimos apreciar así las raíces folklóricas de nuestro flamenco.
El grupo de folk rock Malvariche amenizó la Noche Folk con las aportaciones valiosísimas de Diego Cánovas, de la cuadrilla de Aledo, del tío Juan Rita y Javier Andreo con una graciosa improvisación y la buena versión rockera de Malvariche del aguilando de Aledo.
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| El Tío Juan Rita con su nieto y el grupo Malvariche. |
El broche final se puso el sábado 12 de julio con la participación de los anfitriones el Grupo “Ciudad de Cartagena” de La Palma y su sección infantil el grupo Santa Florentina, los grupos folklóricos de Baza (Granada), Tudela (Navarra) y la Peña Huertana “El Apio” de Patiño. Partieron la pana el grupo andaluz con el folklore de aquella comunidad: jota de Baza, peteneras, tanguillos de Cádiz, El Vito o las sevillanas.
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| Actuación del Grupo Folklórico de La Palma. |
Otras actividades a lo largo de la semana fueron la presentación oficial en El Corte Inglés de Cartagena, la actuación musical de Copalor en la puerta de la Casa de Folklore, la exposición fotográfica de Joaquín Zamora y Tomás García sobre troveros, cuadrillas y auroros y tres talleres dirigidos a los más pequeños por Antonio López Delgado, miembro de la agrupación palmesana, profesor de música y psicopedagogo. La finalidad de los mismos estaba orientada al conocimiento de los juegos tradicionales, improvisación de cuentos a partir de unos personajes que se les ofertaban y a conocer la Casa del Folklore, sede del grupo, mediante un divertido juego de pistas.
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| Taller de juegos infantiles. |
Otro éxito de público, que es quien manda.
JOSÉ SÁNCHEZ CONESA
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