El Lunes de Resurrección acompañé al Grupo de Voluntarios Culturales de Cartagena con sede en el Centro de Día, calle Juan Fernández, en una amena excursión para comernos la mona en la ermita de Los Médicos, efectuando una posterior visita a La Palma para ver su bello templo parroquial, la célebre Casa del Folclore, la palmera de los trece brazos, el homenaje escultórico al trovero Marín de Maite Defruc y almorzar en el restaurante del casino. Recomendamos a quienes no las conozcan las pinturas de los muros parroquiales de estilo barroco de mediados del XVIII, recuperadas hace unos años. Trasmiten la alegría levantina de vivir.
El Lunes de Resurrección acompañé al Grupo de Voluntarios Culturales de Cartagena con sede en el Centro de Día, calle Juan Fernández, en una amena excursión para comernos la mona en la ermita de Los Médicos, efectuando una posterior visita a La Palma para ver su bello templo parroquial, la célebre Casa del Folclore, la palmera de los trece brazos, el homenaje escultórico al trovero Marín de Maite Defruc y almorzar en el restaurante del casino. Recomendamos a quienes no las conozcan las pinturas de los muros parroquiales de estilo barroco de mediados del XVIII, recuperadas hace unos años. Trasmiten la alegría levantina de vivir.
Milagros
Las gentes guardan memoria de lo que consideran un milagro pues nadie falleció en el paraje durante la gran epidemia de gripe de 1919. Y es que los patronos fueron buenos médicos en vida mortal, además de desprendidos, por ello fueron llamados anargiros, curando al emperador Justiniano y a san Teodoro, a mudos, mancos, quebrados, cojos, sordos, apestados, afectados de fístula anal y animales. Mediante su intervención e intercesión recuperó la vida un campesino asfixiado, al que se le introdujo una víbora por la boca mientras dormía. Hay fieles que los invocan contra todas las enfermedades, especialmente a San Damián contra las hemorroides. El episodio más célebre por su repercusión en el arte fue el trasplante realizado a un sacristán de la basílica dedicada a ellos en Roma.
Aquejado de un tumor o isquemia en una pierna, aprovechando su sueño, se aparecieron milagrosamente para amputarle la pierna y trasplantarle una negra del cadáver de un etíope. El hecho fue reflejado por el pintor Pedro Berruguete en 1499 con el título de 'Milagro de la pierna de San Cosme y San Damián' y por Fernando del Rincón en su cuadro 'Milagros de los santos médicos Cosme y Damián', expuesto en el Museo del Prado.
Su devoción está extendida por diversos lugares de España, así se cuenta que san Isidoro de Cartagena y Sevilla, siglo VII, colocó sus estatuas en su botica de Sevilla. Muchos han marchado hasta las iglesias en las que reciben culto en el día de su festividad, 27 de septiembre, para obtener un ungüento bendecido por los sacerdotes destinado a combatir las enfermedades y las acciones del diablo.
Cosme y Damián portan en sus manos la palma, señal de la victoria de los mártires pues fueron torturados y ejecutados en el año 287. Además Cosme se identifica por un albarelo o bote cerámico usado en las farmacias que lleva en su otra mano. Damián exhibe un pergamino. Sus dos imágenes presiden la ermita de nuestro campo desde 1945, aproximadamente porque antes de la guerra civil eran otras las imágenes, de tamaño menor, santos muy feicos, según el relato de los lugareños. Fueron quemadas, pintando en la postguerra un lienzo los vecinos Emilio y Rafael Gómez, hermanos gemelos.
En el cuerpo lateral izquierdo tuvieron su sede unas escuelas públicas para niños. En aquellas fechas los núcleos de población diseminados contaban con mucha más población que ahora.
Fiestas patronales
Sus fiestas patronales se celebran el último domingo del mes de septiembre, consistiendo tradicionalmente en una misa cantada por el coro de la parroquia de La Palma, entidad eclesial de la que depende, bailes en el atrio y carreras de cintas a caballo. Durante años se mantuvo solamente la misa, con el obsequio posterior a todos los asistentes del rico vino del terreno cosechado por la familia Segado. Desde 1990 y con el apoyo de la Asociación de Vecinos de La Palma se recuperan otra vez los festejos con la novedad, desde entonces incorporada, de una romería con salida desde el templo palmesano hasta la ermita, con parada en el monasterio palmesano del Cister para que las religiosas que allí habitan y los romeros les dediquen oraciones, la salve cartagenera y el himno de los Santos Médicos. Una vez llegados a la ermita asistimos a la misa y la posterior comida de hermandad frente al edificio, disfrutando del campo y de la tranquilidad de la tierra.
Autor: José Sánchez Conesa.
Fuente: Diario La Verdad de Cartagena.
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