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miércoles, 17 de octubre de 2018

Pedro Antonio Gómez, alma de folclore.

Pedro Antonio Gómez es un palmesano del caserío de Los Ingleses. A gala lo lleva. Presume también de pertenecer al Grupo Folclórico Ciudad de Cartagena, que además lidera como presidente. Dicen que tiene el carácter y el mismo aire en el baile de jotas y malagueñas que su abuelo materno Pedro, avecindado en La Palma en 1932, procedente de Alhama de Murcia. Por parte de padre hereda de su abuela palmesana Rosario Conesa 'La Roja', quien le muestra cómo se hacen sonar las castañuelas. Ella le explicaba que allí se bailaban malagueñas y boleros, cuyos pasos y mudanzas enseñaban los maestros boleros por los años 40. Precisamente un lugar de encuentro para el 'baile de postizas' era la vivienda de Ginesa, bisabuela de Pedro Antonio, ubicada en el caserío de Los Balanzas. No existían escenarios, ni la rígida división entre actores y espectadores, primando un modelo abierto de fiesta. Vamos, lo que luego fue el guateque o la discoteca del momento.

Nuestro protagonista se incorpora en 1976, un año después de iniciados los ensayos de lo que sería con el tiempo el Grupo de Coros y Danzas Santa Florentina, con el tiempo Grupo Folclórico Ciudad de Cartagena de La Palma. Para estos menesteres contaron con sucesivos locales escolares, parroquial, la calle misma y hasta una carretera del Trasvase por la zona de Los Pérez de Abajo. Tras Pilar, procedente de la localidad de Abanilla, reciben durante cuatro años las enseñanzas de Pilar de la Rocha, de la Sección Femenina de Cartagena, que les enseña las toreras cartageneras, la jota de Cabo Palos, las pardicas cartageneras y diversas técnicas en el manejo de las postizas. Aunque nada les explicó sobre el origen de aquel repertorio.

Tras su etapa de aprendizaje debuta ante público en 1977, en el acto de coronación de la reina infantil de las fiestas patronales, en el taller de Pedrín Esteban 'El Cholo'.

La Casa del Folclore es el reto más importante del Grupo Ciudad de Cartagena de La Palma

Más tarde vendrá Pedro Leandro, maestro bolero de Fuente Álamo, a enseñarles la malagueña cartagenera y las sevillanas boleras. Después tomará el relevo en el magisterio María Luisa Varcárcel, alumna que fue en su día del genial bolero. Los directores musicales han sido Antonio Martínez Cánovas, largos años, y Joaquín Gómez.

'Bailando por Cartagena'

Graban en 1993 el CD 'Bailando por Cartagena'. Allí apreciamos las aportaciones musicales de Viudes, quien a partir de los discos de Antonio Piñana, padre, generará un nuevo folClore transformando en bailables estilos flamencos, -a su vez procedentes del folclore-, como la cartagenera o la levantica. Las letras serán quintillas de los troveros Marín y Gregorio Madrid, y las escritas por Ginés Jorquera y el propio Viudes, acompañándose de un texto de Génesis García.

Son ya 26 años organizando el Festival de Folclore de la Comarca de Cartagena por sugerencia de Luis Federico Viudes, quien decidió transmitirles buena parte de sus amplios conocimientos. Pero el acierto de la localización corresponde a la entonces presidenta, proponiendo como ámbito más adecuado para de su desarrollo el palmeral de la finca las Casas Grandes, de la Fundación Tomás Ferro.

Destaca nuestro vecino los temas escogidos cada año para el festival: los molinos de viento, la arquitectura tradicional, la mujer en el medio rural, el estado de cañadas y veredas, los bolos cartageneros, la indumentaria tradicional o el trovero Marín. Todos ellos toques de atención a la sociedad y a los responsables políticos.

Tras la primera convocatoria descubren las necesidades de financiación del certamen de la manera más adecuada, avanzándose ideas como una tómbola. Pedro Antonio lanza todo un desafío: el Café Cantante, inspirado en los antiguos cafés de cante que proliferaron en Cartagena, La Unión y en tantas ciudades y pueblos de España. Se establecen en marzo de 1994 en un bajo de escasa superficie, decorado como buenamente pueden, siendo sus primeras clientas Anita 'Pantaleona' y Lola 'la del casino', unas vecinas que caminaban en dirección para la misa de sábado por la tarde. Como no tenían clientes las invitaron a un café, a ver si viendo gente dentro del local, se animaba la esperada clientela.

La Casa del Folclore, inaugurada en 2001, constituyó el reto más importante de este colectivo, costándoles año y medio de apremiantes trabajos en los que los propios socios prestaban su trabajo personal durante fines de semana y vacaciones. Hoy, lugar de ensayos, reuniones y celebraciones, se ha convertido en sede estable del café cantante durante las fiestas patronales de La Palma. Es el gran patrimonio cultural material que van a legar a las sucesivas generaciones, proyectando además una imagen muy positiva del grupo: el trabajo colectivo y bien hecho, la atención personalizada a quienes les visitan, la convivencia intergeneracional, la variedad musical (por ejemplo, nunca falta la música pop en el local de la tradición).




Ampliación de la Casa

Pedro Antonio es en gran medida responsable de todas estas audacias e innovaciones, como la ambientación de la casa, el diseño de actividades o de las siempre originales cruces de mayo que instalan cada año en la Cuesta de la Baronesa. Claro que nada sería posible sin la concurrencia de un equipo perfectamente pertrechado. Forman el grupo 60 socios, más un grupo de treinta alumnos menores de 15 años, que son cantera.

Reconoce que toda esta aventura, o locura, le ha supuesto personalmente el desarrollo de capacidades como la socialiazación, la comunicación en público, la gestión de recursos, la asunción de riesgos, el trabajo coordinado.

Entre los proyectos futuros la ampliación de la Casa, -al día de hoy cuenta unos 500 metros cuadrados-, y el incremento de número de días y de sedes del festival, con la posible programación de eventos en Torre Pacheco y en la ciudad de Cartagena. Pero sin perder La Palma la capitalidad para seguir siendo admirados y reconocidos por el público y numerosos grupos de todo el país.

Invierte mucho en el grupo pero aún le queda tiempo para perderse por cualquier rincón de la España rural. ¿Será acaso ese el secreto de su inspiración?


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