«En el deporte hemos organizado eventos importantes, sobre todo, relacionados con el ciclismo. Es una felicidad todo lo que hemos hecho», cuenta José López, conocido por todos como Pepe 'El Molinero' (La Palma, 1947). Y lo testimonia un currículo que da fe de sus contribuciones, como la organización de la Vuelta Ciclista al Campo de Cartagena (1976-1993), que llegó a disputarla en su edición de 1984 Miguel Indurain. 'El Molinero', que ocupa desde hace una década la presidencia del club palmesano, fundó en 1990 el galardón La Palma de Oro cuando formaba parte de la asociación de vecinos. «Como he sido conductor toda mi vida, aprovechaba los semáforos en rojo para pensar. Una vez se me ocurrió premiar a aquellas personas que trabajan por el pueblo. Ángel Aparicio Sánchez fue el primero», recuerda.
- Y 24 años después, le conceden el galardón que usted instituyó. ¿Qué se siente?
- Es una gran satisfacción. No solo por mí, sino por mi mujer y mis tres hijos, que durante todo este tiempo han estado un poco desatendidos. El tiempo que tenía que dedicarles lo empleaba en las distintas asociaciones. El otro día, viendo fotos, mi hija mayor le dijo a su madre: «Mamá, el papá no sale con nosotros en ninguna». Nunca hemos sido una familia de ir cogidos de la mano. No estoy arrepentido, y volvería a hacer lo mismo porque lo he hecho muy a gusto.
- ¿Considera que se lo dan en el momento oportuno?
- Siempre es mejor darlo en vida. El premio me lo han propuesto varias veces, pero en esos momentos creía que había personas que se lo merecían más o eran ya muy mayores. A la tercera va la vencida.
- ¿Cómo se lo comunicaron?
- Hace un mes, varios miembros de la asociación de vecinos vinieron a mi casa, y me sorprendió que preguntaran si estaba mi mujer. Eso hizo que me viniera a la cabeza lo que me iban a decir. Me puse un poco nervioso porque soy muy sentimental. A la primera persona que llamé fue a mi hija mayor, que es con la que estoy más en contacto.
- ¿A quién le dedica el premio?
- A mi mujer. Siempre ha sido mi mayor apoyo y sin ella no sería yo.
- ¿Cómo va a celebrarlo?
- La asociación de vecinos organiza este domingo una comida en un restaurante del polígono industrial de La Palma, a la que asistiremos un centenar de personas, entre ellos mi familia. El único inconveniente es que mi hija que está viviendo en Londres y no podrá venir, pero va a enviar una carta para que la leamos. Aun así, quiero pasármelo bien porque va a ser un momento agradable.
- ¿A quién le concedería usted el premio?
- A Ricardo Fuentes, el patriarca de 'Ricardo Fuentes e Hijos', una empresa que se dedica a la pesca y manufactura de pescados. Lleva más de 40 años en La Palma, donde empezó con cuatro chapas de uralita y ha creado un imperio en el que trabajan 900 personas. Su empresa ha colaborado siempre en cualquier iniciativa que se le ha pedido. Espero que algún día se lo concedan.
- ¿De dónde viene su lado más solidario?
- El maestro Vicente Campillo, el sacerdote Mariano Pujante y el médico Antonio Segura me marcaron mucho cuando era un niño. Nos enseñaron a todos a ser mejor personas y a trabajar por los demás. Estoy disponible para culquier persona que necesite mi ayuda, e incluso me ofrezco para aquellos que veo que la necesitan. No sé si es buena costumbre o no.
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