Contacto: elpueblodelapalma@gmail.com


sábado, 30 de julio de 2022

Pérez Casanova: sentido y verdad en el arte.

En la diputación cartagenera de La Palma se cultiva el amor a las Artes y las Letras y no es de extrañar que de allí provengan algunos de los mejores frutos del panorama artístico de nuestra Región, con repercusión nacional e internacional. Es el caso de mi admirado Pedro Diego Pérez Casanova, un reconocido pintor cuya importante trayectoria le ha llevado en los últimos diez años a ser uno de los pintores más reclamados en Suecia, con un importante nivel de ventas que se apoya en su maestría, sensibilidad, atmósfera mágica y, sobre todo, en su inmensa capacidad de trabajo. Es un hombre discreto, a veces reservado, amante de la cultura de su tierra y poco dado a un postureo para el que nunca tiene tiempo.

En su casa familiar tiene un estudio, taller y almacén, dividido en varias estancias, donde me recibe descalzo y sin camisa, hace calor y está inmerso en la culminación de una vista del Teatro Romano de Cartagena. Le devuelvo un cuadro con el que participó en la última exposición del Grupo ArtNostrum, en homenaje a Marcos Amorós y me enseña algunas de sus últimas creaciones, como una vista panorámica de la ciudad, justamente desde el lado contrario de la que nos recibe, inmensa y espectacular, en el Hospital de Santa Lucía de Cartagena. Pedro es un poco pudoroso y coqueto, así que la foto se la hago tras ponerse una impecable camisa blanca. Me trae varias cervezas, en una bandeja, para que elija marca y graduación, y disfrutamos una agradable conversación en la que nos ponemos al día.

Aunque hace tiempo que no expone en su ciudad, no se puede decir que no sea profeta en tu tierra. Siempre se le reclama para ilustrar actos culturales, festivos o religiosos, desde el Festival Nacional de Folclore al Concurso Nacional de Saetas, pasando por el Festival del Cante de Las Minas. «He expuesto por toda la Región, por España, Portugal, Italia o Bélgica, pero ahora mismo tengo varios proyectos en Suecia que absorben todo mi tiempo», dice.

Asegura que «ya en el colegio no paraba de pintar y gané bastantes concursos de niño y adolescente. Luego estudié en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos y aproveché para dibujar mucho más de lo que se me exigía», y añade: «Me volqué en pintar de manera autodidacta, pero la mili me partió totalmente. Luego trabajé en el negocio automovilístico familiar, desarrollando mis destrezas con la pintura a pistola y pronto empecé a recorrerme España con los Concursos de Pintura al Aire Libre. Tuve cierto éxito con nuevas técnicas que sorprendieron, como la de pintar con rodillo». Le rectifico lo del ‘cierto éxito’ porque Pérez Casanova se convirtió en todo un referente a nivel nacional.

En su acostumbrada modestia, se encoge de hombros y dice: «Bueno, sin exagerar, pero sí es cierto que gané concursos muy importantes como el de Ávila, El Retiro o Burgos y esto me abrió puertas: me empezaron a llamar galerías para ofrecerme exposiciones y, finalmente decidí dedicarme por entero a lo que siempre había querido, que era pintar. De aquella época recuerdo el disfrute de viajar, conocer pueblos, gentes, fiestas y de aquellos magníficos ratos de conversación, mientras esperábamos el fallo del jurado, con grandes artistas de todo el país».

Lo que tiene muy claro es que es un inconformista con su propia obra: «Vivo de esto y necesito vender y ganar dinero, es cierto, pero lo que más me gusta es hacer mi trabajo bien, mejorar, aprender. Nunca voy al mínimo esfuerzo ni a lo comercial. Incluso cuando a alguien ya le guste mi cuadro, yo sigo trabajándolo hasta que estoy satisfecho. Tal vez soy un poco obsesivo, pero me planteo todos los días si lo que hago tiene sentido y verdad, no quiero que mi obra sea un mero trámite».

Desde su posición privilegiada de trabajar para cinco galerías extranjeras, me interesa su visión ‘desde fuera’: «En España veo dejadas las artes plásticas, no se apoya la creación artística. Pintando no te puedes hacer rico, pero Suecia está dando de comer a mi familia, y eso que yo soy un extranjero allí». No valoramos lo que tenemos. Maestro, le digo.


Fuente: Diario La Opinión

Autor: Javier Lorente



No hay comentarios: