El grupo folclórico 'Ciudad de Cartagena' celebró el 'Día de pan' con decenas de amigos, en una jornada que cada año se convierte en un tributo a la amistad y de la que es testigo el olivo bicentenario situado en la plaza de la Casa del Folclore.
No son muchos los árboles que se identifican con valores o tradiciones. El más conocido es el roble de Guernica como un símbolo de las libertades tradicionales del País Vasco, pero también por estas tierras tenemos, y no me refiero a los de singular valor natural, como la palmera de ocho brazos de La Palma o los legendarios ficus de la ciudad de Cartagena, sino a un olivo que está cogiendo cada vez más valor como símbolo, pues en su entorno florece y se potencia la amistad. Está situado en la plaza de la Casa del Folclore, también en La Palma, y fue colocado ahí a principios de siglo, cuando se arregló el histórico inmueble. Ya entonces tenía un par de cientos de años de edad y desde entonces ha enriquecido los años siendo 'testigo' de cada vez más cautivadoras actividades a lo largo del año en su entorno, pero en especial la que tiene lugar cada 6 de diciembre.
Es el 'Día del pan' que el Grupo Folclórico 'Ciudad de Cartagena' comparte con amigos de diferentes sectores de la sociedad (arte, política, prensa, tradiciones, Semana Santa, etc.) en una jornada cargada de muy agradables tertulias, aderezadas por improvisados bailes folclóricos y por manjares de la gastronomía cartagenera.
Lo primero es la elaboración del pan que acompañará el resto de alimentos. El horno funciona toda la mañana y el resultado es un pan de enorme sabor pro sí mismo, lo que potencia las restantes 'joyas del sabor', como una sartenada de migas con productos vegetales y otra tradicional, arroces y caldo con pelotas, además de sobrasada, longaniza seca, tocino con ajos tiernos, morcillas y otros embutidos. Y como colofón, dulces con café de puchero. Todo ello regado con vino dorado, cerveza, agua o refrescos, además de un poco habitual licor de garrofa. Hambre no se pasa, pero todo está tan sabroso que se come más por placer que por necesidad.
Encima, el gran equipo que tiene como presidente a Pedro Gómez se esfuerza, como inmejorables anfitriones, en que todos estén a gusto en un emblemático e histórico marco que anuncia la llegada de la Navidad cada año con el árbol más singular, siendo este año levantado con ollas y piñas. ¡Viva la imaginación! No se puede pedir más, sino agradecer al grupo folclórico esta convivencia de la que es testigo 'el árbol de la amistad'.
PD: El programa 'El corazón de la fiesta' de la televisión autonómica 7RM estuvo este 6D para preparar un reportaje que emitirá la próxima semana.
Fuente: Cartagena de Hoy.
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