La Palma es una localidad no solo con un marcado carácter cultural, sino también muy acogedora con los forasteros y muy abierta a celebrar todo tipo de eventos y fiestas. El pasado viernes, coincidiendo con el aniversario de la apertura de la Casa del Folklore, los miembros del grupo folclórico se reunieron en una jornada de convivencia. Ésta comenzó bien de madrugada con el amasado de pan y dulces navideños que los invitados estuvieron degustando durante toda la mañana.
La Casa, lugar que acoge la Semana del folklore y el Café Cantante, fue un hervidero de palmesanos y visitantes que disfrutaron de las delicias gastronómicas del Campo de Cartagena. Para servirlas, los miembros del grupo no dudaron en ponerse delantal.
Pedro Antonio Gómez, presidente del grupo, explicó que esta jornada se hace siempre el mismo día «y con ella pretendemos agasajar a todos los que nos apoyan durante los actos que hacemos durante todo el año».
Gómez no paraba de enseñar las nuevas dependencias del local, una bodega de principios del siglo pasado anexa a la casa donde hay una prensa y una serie de barriles originales. En este espacio descansa este año un árbol de Navidad hecho con ramas secas sobre las que cuelgan botellas pintadas a mano por los niños.
En la bodega charlaban, poco antes de comenzar la comida, el pintor palmesano Pedro Diego Pérez Casanova, la presidenta del grupo de Teatro de La Palma, María García, el trovero Pedro Jesús López Salmerón, Carmen Pérez Esteller y Paqui Jiménez.
Las migas, los embutidos, el bonito con tomate, las habas, la sobrasada picante y las morcillas y longanizas inundaban las mesas habilitadas en la plaza. Invitados como el propietario de La Catedral, Pablo Cerezuela, y Silvia López, Juli Fuentes, Pilar Ortiz, Iñaki Cerezuela, Fina Gómez y Pepe Molinero daban cuenta de estos manjares que, reconocían, aún «saben mejor con el pan recién hecho y el vino del campo de Cartagena».
Juana María Vidal, Irene Sánchez Vidal, el cirujano maxilofacial Manuel Acosta y el Jefe de Servicio de Salud Pública de Cartagena, José Jesús Guillén, charlaban sobre el lugar, que calificaron de «entrañable». Lo hicieron con el escultor Fernando Sáenz de Elorrieta y su mujer, Juana Román.
Muchos asistentes, como Yolanda Sánchez, Emilio López, Maravillas Moreno, Ana Fernández, Raúl Gómez, Fulgencio Jiménez y Pepe López, se arremolinaban alrededor del cocinero que preparaba con esmero una paella gigante. «Esto es una cosa grande, un día fabuloso», resumía José Ros.
Antonio Sánchez, Ana Martínez y Paquita Ríos amasaban y no paraban, para preparar el postre, dulces típicos de Navidad como las tortas escaldadas y los cordiales. En la misma estancia charlaba el párroco de la zona, Abel Rosa, con jóvenes como Francisco Díez y Miguel Martínez, quienes aseguraban que van a la Casa desde que tenían tres años y que para ellos es una experiencia muy gratificante.
Pedro Obradors atendía al director general de Seguridad, Juan Antonio Calabria, en presencia de invitados como Loli Esteller, Juan Martínez Pedreño, Ana Heredia, José Casas y Jorge Barquero. Como cada año tampoco faltaron las concejalas del Partido Popular Clara Heredia y Flori García. Ésta última señaló que lo que más le gusta de este lugar son «sus gentes, sus ganas de trabajar y su afán por mantener las tradiciones». Y aseguró: «Empecé viniendo como concejala y ahora lo hago como amiga». Y la fiesta siguió con bailes populares y villancicos.
La Casa, lugar que acoge la Semana del folklore y el Café Cantante, fue un hervidero de palmesanos y visitantes que disfrutaron de las delicias gastronómicas del Campo de Cartagena. Para servirlas, los miembros del grupo no dudaron en ponerse delantal.
Pedro Antonio Gómez, presidente del grupo, explicó que esta jornada se hace siempre el mismo día «y con ella pretendemos agasajar a todos los que nos apoyan durante los actos que hacemos durante todo el año».
Gómez no paraba de enseñar las nuevas dependencias del local, una bodega de principios del siglo pasado anexa a la casa donde hay una prensa y una serie de barriles originales. En este espacio descansa este año un árbol de Navidad hecho con ramas secas sobre las que cuelgan botellas pintadas a mano por los niños.
En la bodega charlaban, poco antes de comenzar la comida, el pintor palmesano Pedro Diego Pérez Casanova, la presidenta del grupo de Teatro de La Palma, María García, el trovero Pedro Jesús López Salmerón, Carmen Pérez Esteller y Paqui Jiménez.
Las migas, los embutidos, el bonito con tomate, las habas, la sobrasada picante y las morcillas y longanizas inundaban las mesas habilitadas en la plaza. Invitados como el propietario de La Catedral, Pablo Cerezuela, y Silvia López, Juli Fuentes, Pilar Ortiz, Iñaki Cerezuela, Fina Gómez y Pepe Molinero daban cuenta de estos manjares que, reconocían, aún «saben mejor con el pan recién hecho y el vino del campo de Cartagena».
Juana María Vidal, Irene Sánchez Vidal, el cirujano maxilofacial Manuel Acosta y el Jefe de Servicio de Salud Pública de Cartagena, José Jesús Guillén, charlaban sobre el lugar, que calificaron de «entrañable». Lo hicieron con el escultor Fernando Sáenz de Elorrieta y su mujer, Juana Román.
Muchos asistentes, como Yolanda Sánchez, Emilio López, Maravillas Moreno, Ana Fernández, Raúl Gómez, Fulgencio Jiménez y Pepe López, se arremolinaban alrededor del cocinero que preparaba con esmero una paella gigante. «Esto es una cosa grande, un día fabuloso», resumía José Ros.
Antonio Sánchez, Ana Martínez y Paquita Ríos amasaban y no paraban, para preparar el postre, dulces típicos de Navidad como las tortas escaldadas y los cordiales. En la misma estancia charlaba el párroco de la zona, Abel Rosa, con jóvenes como Francisco Díez y Miguel Martínez, quienes aseguraban que van a la Casa desde que tenían tres años y que para ellos es una experiencia muy gratificante.
Pedro Obradors atendía al director general de Seguridad, Juan Antonio Calabria, en presencia de invitados como Loli Esteller, Juan Martínez Pedreño, Ana Heredia, José Casas y Jorge Barquero. Como cada año tampoco faltaron las concejalas del Partido Popular Clara Heredia y Flori García. Ésta última señaló que lo que más le gusta de este lugar son «sus gentes, sus ganas de trabajar y su afán por mantener las tradiciones». Y aseguró: «Empecé viniendo como concejala y ahora lo hago como amiga». Y la fiesta siguió con bailes populares y villancicos.
Fuente: Diario La Verdad.
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