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miércoles, 31 de agosto de 2022

Teatro en La Palma: "Actriz o Artista: ¡Por un día y para toda la vida!".


No os podéis perder esta preciosa obra de teatro inclusiva y llena de cariño!!!!
Viernes 2 de septiembre a las 21:00 hr
Sábado 3 y Domingo 4 de septiembre a las 20:30 hr
Centro Cívico de #LaPalma
Todo lo recaudado se destinará a Zancadas sobre Ruedas , asociación de voluntariado, sin ánimo de lucro, asistencial y club deportivo.
Consiguen que personas con movilidad reducida puedan disfrutar de actividades de ocio, deportivas y en la naturaleza, cumpliendo sus sueños y derribando barreras.
Entrada 7€


martes, 30 de agosto de 2022

Advierten del riesgo de caída del arbolado de la carretera de La Palma.

El concejal de MC Enrique Pérez Abellán, ha presentado una moción para el pleno de este jueves, 1 de septiembre, en el que solicita a la Dirección General de Carreteras de la Comunidad Autónoma el mantenimiento del arbolado (sabinas moras) que se encuentran en el trazado de la Carretera de La Palma (RM-F36).

El objetivo es evitar que se repita el accidente que se produjo en febrero de 2019, cuando uno de estos árboles cayó sobre el vehículo de una vecina de Los Salazares cuando estaba circulando. «El nulo mantenimiento y conservación del margen izquierdo del vial, donde casi un centenar de cipreses cartageneros crecen siendo un peligro de caída de ramas por su inclinación, longitud y curvatura. La situación se agrava con el paso del tiempo por las condiciones climatológicas y los posibles vendavales que se puedan producir y contribuyan a resquebrajamientos de ramas en la zona», explica el concejal.

El edil pide también que «se restituya el drenaje del canal existente en el mismo trazado de las sabinas, ya que por falta de limpieza y alguna alteración física sufrida, no cumple la función de desagüe para el que fue construido, lo que se traduce en encharcamiento y acopios de agua en época de precipitaciones».

Además, desde MC solicitan «que se mejore la seguridad vial del cruce del Leñador de esta carretera, como receptora de vehículos procedentes de la salida de la AP7, Polígono de La Palma y el Camino de servicio del monasterio. Enrique Pérez califica de «dejadez, inoperancia e incapacidad» la posición del Gobierno Regional ante las reiteradas iniciativas formuladas por la Junta Vecinal de La Palma y el propio Ayuntamiento en referencia a estos puntos negros. «Se trata de poner remedio al riesgo de accidentes», concluyen desde este partido.

Fuente: Diario La Opinión.


domingo, 21 de agosto de 2022

Fiestas Patronales La Aparecida 2022.

 


viernes, 19 de agosto de 2022

Ricardo Fuentes, la empresa murciana que es la mayor comercializadora de atún rojo del mundo.

El atún rojo, ese majestuoso rey marino que es una debilidad en Japón,es en uno de los manjares marinos más demandados durante su temporada. Subimos a bordo del "Ocean Star" para conocer la historia de la empresa Ricardo Fuentes. Nacida en una localidad murciana que no está bañada por el Mediterráneo, hoy es la mayor comercializadora de atún rojo del mundo y ha encontrado en el mercado japonés su filón.

Del garaje de su humilde casa donde guardaba mercancía, a ser el mayor comercializador de atún rojo del mundo. De vender pescado fresco por la calle tirando de un carro, a contar con una flota de buques pesqueros y ultracongeladores que gestionan lomos y ventrescas primorosas. De La Palma, localidad que ni acaricia litoral murciano, a ser emperador atunero en Japón y otros lejanos destinos, además de alimentar la partida marina de estrellas Michelin. Y todo ha sucedido en apenas medio siglo.

La historia de Ricardo Fuentes Herrero (1935 - 2015), y por ende del grupo al que da nombre, ha estado solapada en los libros gastronómicos y mercantiles de este país. Su biografía detalla el devenir en España de este pez escómbrido, titán migrante de los océanos que entra por el embudo del Estrecho de Gibraltar pleno de grasa y suculencia desde tiempos inmemoriales. Los hijos de aquel visionario hoy gobiernan el timón de la mayor exportadora del planeta de ese manjar llamado blue fin o Thunnus Thynnus para los puristas de la taxonomía.

Han estado en un segundo plano mediático, pacientes y constantes, pero llegó el momento de salir a la luz y exponer una narrativa industrial que pone en danza 15.000 toneladas de atún rojo, entre el Mediterráneo y el Atlántico, haciendo recuento de sus almadrabas en Portugal, Marruecos y Barbate, así como de sus viveros en Cartagena y San Pedro del Pinatar (Murcia), Túnez y Malta. En la actualidad nutren a 12 compañías japonesas, a tres coreanas y a dos chinas, además de contar con distribuidores en los exigentes mercados de Estados Unidos e Italia. Para este desembarco, han pergeñado el sello Atún Rojo Fuentes con un cariz eminentemente gastronómico y capaz de surtir de atún fresco y ultracongelado todo el año. A demanda. Sin retrasos. Con precisión suiza. Y todo comenzó casi por casualidad...



Atún Rojo Fuentes, crecer en silencio

Cuando en el Mar Menor aún no era una jungla de apartamentos y los restaurantes traducían malamente su carta al inglés, un cartagenero se ganaba la vida vendiendo pescado cuando el alba se desperezaba. Lo que le sobraba de por la mañana lo sumergía en sal de Torrevieja y San Pedro del Pinatar. Curaba al sol de su terraza. En la cochera doméstica. Se afanaba con salazones de caballa, bonito, bacalao... La mojama de atún la afinaba como nadie.

Perfeccionó tanto este método milenario de conservación que pronto su prestigio saltó de boca en boca. Prosperó. Sigilosamente. Creció sin ruidos ni dispendios. Fue sentando las bases de un grupo empresarial consagrado al océano, sus tesoros culinarios y la manera de conservarlos de modo óptimo. También tuvo un golpe de suerte cuando aún no había Internet y la información no volaba en teléfonos móviles. "Nuestro padre, en los años 80, solo trabajaba en exclusiva el salazón. Agarraba el atún sobrante de las almadrabas de Barbate, Tarifa y Conil, todo lo que los barcos congeladores japoneses no podían absorber, y lo compraba para salazón. Según las corrientes del Estrecho puede haber 700, 1.000 o 2.000 atunes al día y esa cantidad es tremenda. No había cuota, ancha pellejo como se dice en Murcia, y cargábamos hasta siete tráilers de atún fresco".

Un buen día, al responsable de la flota japonesa, el señor Ando, se le ocurrió seguir en plan detective a uno de los camiones hasta Cartagena. "Llegó hasta nuestra vieja fábrica en La Palma y allí vio cómo cortábamos tres, cuatro toneladas diarias de lomos y ventrescas y los metíamos en una chanca, que es una piscina de salmuera. Costaba 1.000 pesetas el kilo en aquella época y además había que esperar un año a que estuvieran listos para el consumo. Entonces el señor Ando, de la compañía Tayyo, preguntó: '¿Le puedo comprar el toro, o sea la ijada? Pero tiene que ser seleccionada'. Acordamos que nos la compraba fresca a 3.000 pesetas el kilo, recién cortada. La envolvía en papel de arroz que traía él mismo, porque no había máquinas de vacío. El producto viajaba en cajas de madera con corcho en el interior con capas de hielo intercaladas, rumbo a Tokio en Jumbo a través de Barajas y con escala en Moscú", explica Paco Fuentes, primogénito y hoy al mando de varias divisiones de un grupo que se ha agigantado y ramificado.

Ayer como hoy, el mercado japonés tenía las cosas claras: buscaba que el atún tuviera infiltración de grasa como el mejor jamón de bellota y que estuviera recién sacrificado, con buen trato en el momento del matarile. También que fuera despojado de tripas y de agalla, porque recién sacado del agua su encarnado y caliente interior puede fermentar. Es lo que los nipones llaman yake, es decir, carne quemada y acificada, que ha perdido cualquier valor...

La curiosidad de aquel sabueso japonés fue el espaldarazo definitivo para una empresa que se catapultó a mediados de la década de las hombreras, Madonna y Naranjito. Había nacido Grupo Ricardo Fuentes SA. Poco después aquella calidad de toros y chutoros se fue filtrando donde nace el sol. En goteo, se arremolinaron otros sellos japoneses por los aledaños de la fábrica, preguntando por aquella materia prima que culmina siendo el mejor sushi en un barra delicada en Osaka o en Tokio. Y Fuentes empezó a ultracongelar. Primero compraron 12 armarios de nitrógeno líquido. Sin experiencia gélida, los primeros lomos estallaban como globos. "Hasta que dimos con la tecla con una bajada de temperatura gradual en unas cuatro horas y así mandarlo vía aérea con hielo carbónico. Era el año 85. Todo era atún salvaje, tanto de almadraba como long liner o de palangre, de anzuelo", rebobina Paco Fuentes.

La conquista de japón de Fuentes

Cuando se asoman por Cartagena con sus barcos ultracongeladores gigantes, como Maruja Nichiro, Mitsubishi o Mitsui, Fuentes comienza a subir a bordo de barcos cerqueros (en piscinas de agua de mar dos grados bajo cero) atún recién sacrificado. Llegaba redondo, de mucha calidad, y era despachado a los japoneses a 600 pesetas el kilo. Fueron miles y miles de toneladas sin cuota de por medio. Así durante años.

Hubo más eurekas. Aquello fue el germen de montar viveros a pocas millas del litoral. Una técnica de acuicultura en la que el pescado sigue en su hábitat, cercado por redes de 40 metros de profundidad y 50 de diámentro y es engordado y extraído a petición del cliente. "Como si fuera el acuario de un restaurante. Cojo cuando quiero. Nuestro modelo fue Australia, los viveros de Port Lincoln. Trasladamos el atún capturado desde las Islas Baleares y otros puntos del Mediterráneo. Montamos los primeros viveros en Cabo Tiñoso, en 1996, con dos empresas, Viveratún y Maruja Nichiro. Estaba en la mejor área de toda Murcia, una zona de fondeo para barcos cuando hay mal tiempo. En 1997 lo montamos en punta de La Azohía, con los sellos Mitsui y Tunagraso. Pero por cuestiones de medio ambiente los tuvimos que trasladar a su actual ubicación en El Gorguer y San Pedro del Pinatar", explica el patrón de la compañía, patrón junto a sus hermanos de una flota que incluye dos barcos cerqueros -el Panchinetta y el Elor- y dos barcos congeladores para procesar y transportar -el Princesa de Guasimara y el Paloma Reefer-. Armar estos dos últimos se tarifa por encima de los 12 millones de euros. En los viveros murcianos -de los que salen más de 6.000 toneladas de producto al año- reciben los atunes su ración precisa de caballa, sardina y arenque. Nada de piensos. Unas 400 toneladas de menú del día que hace entreverar de grasa piezas de más de 200 kilos.

Además de entusiasmar al mercado japonés, algunos ejemplares seleccionados también culminan emplatados en estrellas Michelin como Magoga (Murcia), La Cabaña (La Palma, Murcia), El Doncel (Sigüenza), Rufete y Baeza (Alicante), y en establecimientos allende nuestras fronteras de Nueva York o Sicilia.


Proceso del atún rojo a bordo

A unas cuantas millas náuticas de Murcia y fletado por Fuentes, el Ocean Star ha echado el ancla cerca de esa trampa milenaria llamada almadraba. No anda enfadado el poniente en esta jornada primaveral, y las aguas barbateñas despliegan un manto azul sideral que facilita las pesadas maniobras pesqueras. En cubierta, el japonés Go Kumazawa, cliente de Fuentes, supervisa los ejemplares que se van subiendo a bordo para ser pesados y procesados y que acaban de ser sacrificados en el copo almadrabero.

Tras el ok del supervisor de ICCAT (siglas de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico), 33 operarios de nacionalidad china, indonesia, malasia y coreana afilan hojas y devanan en segundos lomos, colas, cabezas y ventrescas. De ahí pasan al túnel de congelación: en apenas unas horas el termómetro delata menos 65 grados. "Me gusta mucho este atún, su color, la calidad, el sabor, la infiltración de grasa, pero sobre todo su frescura, porque Fuentes prioriza la rapidez en el proceso", explica Kumazawa en un receso de su actividad febril, al tiempo que da instrucciones a esta plantilla internacional.

Al final de la temporada, el Ocean Star habrá acarreado en sus tripas 4.000 toneladas de atún. Recalará en puertos de todo el mundo en singladuras de meses. Le aguarda atraque en Japón. Acontecerá allá por el mes de enero. De la murciana La Palma, sin costa, selecto atún rojo para un mundo gourmet.

Fuente: Diario Expansión.



viernes, 12 de agosto de 2022

Educación instalará placas solares en el colegio Santa Florentina.

La Concejalía de Educación, que dirige la edil Irene Ruiz, ha contratado los trabajos para la instalación de placas solares en los colegios Asdrúbal y Santa Florentina.

Las obras, que se realizarán con un presupuesto de 37.061,57 euros, se incluyen dentro del Plan de Eficiencia energética y reconversión bioclimática que se desarrolla en el Ayuntamiento de Cartagena, con el objetivo de sustituir las cubiertas que contengan fibrocemento en los centros escolares y poner en marcha instalaciones fotovoltaicas.

En concreto, en cada centro se prevé la instalación de, al menos, 10 paneles solares de 500w y 1000 V sobre la cubierta plana, un inversor monofásico para autoconsumo de, al menos, 10.000 w, estructura de aluminio sobre la cubierta y cableado clase 5 de 1x6 mm2, modificaciones de cuadro general y toma de tierra de 16 mm2. Además, los trabajos incluirán la albañilería necesaria y casetas de alojamiento, incluidos medios auxiliares, de seguridad y salud.

“Seguimos apostando por la eficiencia energética y por ofrecer las mejores instalaciones posibles a nuestros escolares. En 2020, siguiendo el calendario acordado con la Comunidad Autónoma, retiramos el fibrocemento del colegio Santa Florentina y muy pronto haremos lo mismo con el CEIP Asdrúbal. Además, en ambos centros vamos a instalar paneles solares que permitirán a la comunidad educativa reducir su consumo de energía y dirigirse hacia el autoconsumo”, ha explicado la concejala de Educación.

Los trabajos se realizarán por un presupuesto de 37.061,57 euros y en un periodo de 15 días en ambos colegios en periodos no lectivos, como las vacaciones de verano y Navidad, “por lo que no afectarán a la actividad docente, algo que consideramos muy importante para que nuestros pequeños y los docentes puedan desarrollar la actividad escolar sin riesgos ni molestias”, ha valorado Irene Ruiz.ç

Fuente: Ayto. Cartagena



jueves, 4 de agosto de 2022

Pérez Casanova: «La inspiración es proponerse unas metas, simplemente».

Pedro Diego Pérez Casanova (Viladecans, Barcelona, 1968), afincado en La Palma (Cartagena), es una de esas personas que decidieron dedicar su vida a pintar. Estudió diseño gráfico y se unió al negocio familiar, pero su interés por la pintura apareció en él desde pequeño, se puede decir que casi de manera innata. «Con apenas cinco o seis años, tuve una inclinación natural por el dibujo». Se presentaba a concursos en el colegio y pintaba «bastante». «Después lo fui dejando hasta que años más tarde empecé de nuevo y entré en una especie de fiebre hasta la fecha».

Cuando volvió a «sentir» la pintura en su adolescencia, tuvo muy claro que era a lo que deseaba dedicarse el resto de su vida. Durante el bachillerato, orientó todo en el último momento hacia el dibujo, ya que era lo que le llenaba. «Vivir de la pintura en España es muy difícil, quería dedicarme a ello, y consciente de las dificultades sabía que era una aspiración muy dura», relata el artista. Pero, efectivamente, lo consiguió.

Tras estudiar, se presentó a varios concursos de pintura, sobre todo al aire libre, y logró hacerse con algunos. «A partir de ahí gané cierta popularidad y me llamaron algunas galerías para trabajar con ellas; así comenzó mi andadura». Y ya hace más de veinte años que se dedica exclusivamente a la pintura. Su último hito: ser contratado por la multinacional Tetra Pak, fundada en Suecia [diseña y produce soluciones de envasado de cartón y procesamiento para la Industria alimentaria], como 'Pintor del Año 2022'. Una treintena de cuadros, cuyo tema principal era el paisaje sueco, se exhibieron en sus instalaciones.

Hace diez años, una galerista sueca, y de manera fortuita, tuvo la oportunidad de conocer la obra de Pérez Casanova. «Se interesó por ella y preguntó si estaba dispuesto a ir para Suecia», recuerda. Fue en ese momento cuando empezó a trabajar «tímidamente» y a acudir a exposiciones. Desde entonces, ha ampliado su horizonte hasta trabajar con quince galerías distintas en la actualidad.

Asegura que esos diez años de rodaje han servido para que Tetra Pak considerase su arte, ya que hasta ahora ningún español había conseguido tal hazaña. «Suecia es un país grande, libre y acogedor; pero tampoco es menos cierto que durante estos años he observado que hay galerías que solo trabajan con artistas nórdicos. Me sorprendió gratamente», detalla el pintor cartagenero.

Define su pintura como realista, aunque dentro de este movimiento artístico incorpora matices y su propio «toque personal». Pérez Casanova sigue intentando que sus lienzos se basen en el realismo, porque fueron sus orígenes. «Me inicié en el realismo, aunque luego tuve una etapa más expresionista, si cabe más abstracta». Y continúa «coqueteando» con ese expresionismo en la intimidad de su estudio.

«En mis inicios, me preocupaba mucho del hiperrealismo, que fuese muy convincente, muy parecido a una fotografía; y eso es todo lo que ahora mismo desecho», recuerda. El artista ha cambiado las tornas completamente: le gusta hacer un realismo pero «lo más alejado posible de la fotografía». El proceso, que para él es «muy fácil», de apoyarse en una instantánea y construir un cuadro enteramente a partir de ella asegura haberlo superado hace tiempo. «La fotografía está muy bien para quien trabaja con ese sistema, yo solo me apoyo. Es un pobre paliativo de la realidad que sirve como pilar de mi posterior recreación», apostilla.

Sus años de desarrollo artístico en el país escadinavo reflejan el valor que le da Suecia a las obras de este artista de la Región. Este aprecio del país quizá viene porque sus obras «son unos registros distintos a los que se hacen allí, y en general, por qué no decirlo, sin despreciar a nuestra España, la labor cultural allí se entiende de otra manera, se apoya más a los artistas y hay un entramado cultural más grande», explica Pérez Casanova a LA VERDAD.

Sostiene que ha echado de menos ese apoyo por parte de España: «Ha habido algunas veces con buenas intenciones, pero a día de hoy todo lo que he hecho ha sido sin subvenciones, solo con mi trabajo y esfuerzo. Además –continúa reivindicando– de muchos viajes a Suecia y de ir poco a poco explorando terrenos».


Provocar en el arte

Se siente afortunado por no considerarse autorizado para decir qué funciona y qué no del panorama artístico actual, ya que cuenta con un calendario repleto de exposiciones cerradas que le hacen mantenerse ajeno. «Digamos que he dejado de tomarle el pulso a la realidad artística española y, sobre todo, regional». Entre sus próximas citas, a finales de año tiene una en Lorca, después de que la asociación flamenca de la ciudad de sol le invitara a hacer una exhibición sobre el tema flamenco tras el cartel del año pasado en el Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión.

Destaca que la inspiración no tiene que llegar, sino que se debe buscar. «La inspiración como tal yo creo que no existe, es simplemente proponerse unas metas o tener que conseguir algo». Sin embargo, se debe provocar. En su caso lo consigue mirando casi siempre con ojos de pintor y huyendo a menudo de «las cosas estandarizadas como bonitas» que encajan con el gusto de todo el mundo.

Pérez Casanova se siente especialmente satisfecho del mural que hizo para el 'hall' del hospital Santa Lucía de Cartagena. Una obra poco habitual por su tamaño de doce metros de largo y dos y medio de ancho. «Algunos cuadros de mi producción me han dejado más satisfecho y otros menos, pero no concretaría ninguna de ellos», dice, sin alardeo.

Fuente: Diario La Verdad.






domingo, 31 de julio de 2022

Pedro Gómez, bailar como ejercicio místico.

Uno de los acontecimientos culturales más importantes en nuestra Región y con gran repercusión estatal es el Festival Nacional de Folclore en el Campo de Cartagena, que este estos días celebra su XXVIII edición. Lo organiza el Grupo Folclórico Ciudad de Cartagena, de La Palma, que el año próximo cumple medio siglo de existencia y su alma pater no es otro que Pedro Antonio Gómez García, con el que quedo en La Casa del Folclore, un hermoso y entrañable rincón imprescindible para quien quiera conocer y disfrutar de gratos encuentros con la literatura, el arte, la música, la artesanía, el baile, la gastronomía o las tradiciones de la comarca.  

La casa conserva el encanto típico de los pueblos, con su fachada de ladrillo visto, su atrio, porche y poyo, su olivo centenario, su bodega, sus tinajas, sus antiguas cocinas, su sala de estar y un amplio salón con un pequeño escenario, un piano y una barra, donde se organizan, entre otras muchas cosas, el Café Cantante, una semana anual repleta de conciertos de pequeño formato, recitales poéticos y charlas, que la gente disfruta mientras saborea la gastronomía de la zona. Además de los cuadros del artista local, Pérez Casanova, de las paredes cuelgan estos días los trabajos del Taller del Esparto de Los Puertos de Santa Bárbara.

«El grupo ha hecho algunas locuras porque no sabíamos que eran imposibles, quizás la más grande fue adquirir y arreglar esta hermosa casa a la que tanto le hemos dedicado y que se ha convertido en nuestro hogar, nuestra tarjeta de presentación y nuestro punto de acogida y de encuentro», dice Pedro y me cuenta su trayectoria: «Mi abuela paterna, La Roja, ya bailaba, y mi abuelo materno, que era de Alhama de Murcia, también. Aunque en mi pueblo estaba mejor visto que un niño hiciera ciclismo o fútbol, yo me empeñé, con siete años, en apuntarme al Grupo para bailar. Lo único que me dijo mi padre fue que cuando se está en un sitio, se está, que me lo tomara en serio y no estuviera floreando; desde entonces esta ha sido mi vida». Me cuenta, además, la importancia de la amistad y la convivencia para mantener el grupo unido: «Hemos trabajado mucho, viajado y hecho actuaciones por toda España y otros países del mundo, y nos hemos convertido en una familia. Gracias a esta unión nos hemos convertido en un referente».

Además de la música y los bailes «siempre me ha gustado la decoración y la escenografía, preparar los rincones de la casa, montar las cruces de mayo, hacer que nuestras actuaciones sean también un espectáculo visual», y hablamos sobre el hecho de que el Grupo Folclórico le dé tanta importancia al vestuario tradicional: «Hemos recogido, durante años, trajes antiguos del pueblo y de todo el Campo de Cartagena, que hemos restaurado, que hemos conservamos y que hemos reproducido. Respetamos a las cuadrillas y a los grupos que bailan y cantan estas músicas con ropa actual, de calle, y los hemos traído a nuestros encuentros, pero nosotros creemos que igual que la comida te entra por la vista, las músicas tradicionales también: el vestuario tiene bastante de teatral, de ceremonia, de espectáculo…». 

Desde hace años, Pedro Gómez es un miembro destacado de la Federación Estatal de Folclore: «Fuera siempre nos han respetado y reconocido más que aquí, pero nosotros llevamos el nombre del Campo de Cartagena como bandera. Últimamente ya se nos mira mejor en nuestra ciudad», me dice mientras se enciende una pipa para fumar, que le da un aire de señorito y sibarita. Está encantado del momento actual del grupo, de la gran cantera de niños y de que además de los músicos y las voces, tengan un mínimo de doce parejas de adultos, siempre dispuestos para bailar.

«Bailar es divino, siempre he sido un poco místico, no sólo porque fui acólito del Monasterio Cisterciense de La Palma, sino porque me gusta adentrarme en la profundidad de las cosas, buscar, mirar en soledad la belleza de la creación… Se puede decir que soy creyente a mi manera, aunque hace mucho tiempo que soy crítico con muchas cosas de la institución eclesial, creo que siempre hay algo mejor un poco más allá y yo soy un soñador».

Fuente: La Opinión de Murcia

Autor: Javier Lorente.



sábado, 30 de julio de 2022

Pérez Casanova: sentido y verdad en el arte.

En la diputación cartagenera de La Palma se cultiva el amor a las Artes y las Letras y no es de extrañar que de allí provengan algunos de los mejores frutos del panorama artístico de nuestra Región, con repercusión nacional e internacional. Es el caso de mi admirado Pedro Diego Pérez Casanova, un reconocido pintor cuya importante trayectoria le ha llevado en los últimos diez años a ser uno de los pintores más reclamados en Suecia, con un importante nivel de ventas que se apoya en su maestría, sensibilidad, atmósfera mágica y, sobre todo, en su inmensa capacidad de trabajo. Es un hombre discreto, a veces reservado, amante de la cultura de su tierra y poco dado a un postureo para el que nunca tiene tiempo.

En su casa familiar tiene un estudio, taller y almacén, dividido en varias estancias, donde me recibe descalzo y sin camisa, hace calor y está inmerso en la culminación de una vista del Teatro Romano de Cartagena. Le devuelvo un cuadro con el que participó en la última exposición del Grupo ArtNostrum, en homenaje a Marcos Amorós y me enseña algunas de sus últimas creaciones, como una vista panorámica de la ciudad, justamente desde el lado contrario de la que nos recibe, inmensa y espectacular, en el Hospital de Santa Lucía de Cartagena. Pedro es un poco pudoroso y coqueto, así que la foto se la hago tras ponerse una impecable camisa blanca. Me trae varias cervezas, en una bandeja, para que elija marca y graduación, y disfrutamos una agradable conversación en la que nos ponemos al día.

Aunque hace tiempo que no expone en su ciudad, no se puede decir que no sea profeta en tu tierra. Siempre se le reclama para ilustrar actos culturales, festivos o religiosos, desde el Festival Nacional de Folclore al Concurso Nacional de Saetas, pasando por el Festival del Cante de Las Minas. «He expuesto por toda la Región, por España, Portugal, Italia o Bélgica, pero ahora mismo tengo varios proyectos en Suecia que absorben todo mi tiempo», dice.

Asegura que «ya en el colegio no paraba de pintar y gané bastantes concursos de niño y adolescente. Luego estudié en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos y aproveché para dibujar mucho más de lo que se me exigía», y añade: «Me volqué en pintar de manera autodidacta, pero la mili me partió totalmente. Luego trabajé en el negocio automovilístico familiar, desarrollando mis destrezas con la pintura a pistola y pronto empecé a recorrerme España con los Concursos de Pintura al Aire Libre. Tuve cierto éxito con nuevas técnicas que sorprendieron, como la de pintar con rodillo». Le rectifico lo del ‘cierto éxito’ porque Pérez Casanova se convirtió en todo un referente a nivel nacional.

En su acostumbrada modestia, se encoge de hombros y dice: «Bueno, sin exagerar, pero sí es cierto que gané concursos muy importantes como el de Ávila, El Retiro o Burgos y esto me abrió puertas: me empezaron a llamar galerías para ofrecerme exposiciones y, finalmente decidí dedicarme por entero a lo que siempre había querido, que era pintar. De aquella época recuerdo el disfrute de viajar, conocer pueblos, gentes, fiestas y de aquellos magníficos ratos de conversación, mientras esperábamos el fallo del jurado, con grandes artistas de todo el país».

Lo que tiene muy claro es que es un inconformista con su propia obra: «Vivo de esto y necesito vender y ganar dinero, es cierto, pero lo que más me gusta es hacer mi trabajo bien, mejorar, aprender. Nunca voy al mínimo esfuerzo ni a lo comercial. Incluso cuando a alguien ya le guste mi cuadro, yo sigo trabajándolo hasta que estoy satisfecho. Tal vez soy un poco obsesivo, pero me planteo todos los días si lo que hago tiene sentido y verdad, no quiero que mi obra sea un mero trámite».

Desde su posición privilegiada de trabajar para cinco galerías extranjeras, me interesa su visión ‘desde fuera’: «En España veo dejadas las artes plásticas, no se apoya la creación artística. Pintando no te puedes hacer rico, pero Suecia está dando de comer a mi familia, y eso que yo soy un extranjero allí». No valoramos lo que tenemos. Maestro, le digo.


Fuente: Diario La Opinión

Autor: Javier Lorente



viernes, 22 de julio de 2022

El programa "Categoría Mayores" de Telecartagena visita La Palma.

domingo, 10 de julio de 2022

El folclore vuelve a llenar el cielo de colores.

El XVIII festival nacional ha regresado al patio de la finca Casas Grandes de La Palma con una doble jornada de una gran calidad artística que ha atraído a bastantes cientos de personas, que además disfrutaron de manjares gastronómicos tradicionales y de un brillante y largo castillo de fuegos artificiales que, por la falta de hábito en los últimos años de estar de forma prolongada mirando hacia arriba, causó bastantes ‘tortícolis’.

Los amigos del grupo folklórico ‘Ciudad de Cartagena’ han regresado a las andadas, dicho en el buen sentido, pues otra vez se han dado una ‘paliza’ a trabajar para preparar lo que son dos noches mágicas en el patio del palmeral de las Casas Grandes, en las instalaciones de la UPCT en La Palma. El viernes se acostaron bien entrada la madrugada y se levantaron con los primeros rayos de sol. Había que recoger lo generado en la jornada y preparar la gran clausura. Mucho trabajo (altruista), pero a la vez con el buen rollo de un gran colectivo humano, por lo que más que un ‘castigo’ (voluntario) se ha tratado de un disfrute en un reto común entre amigos. Otra vez, el resultado fue sensacional.

Fueron dos jornadas de folk y folclore, palabras que pueden representar lo mismo pero que también separa modalidades. La ‘Gran noche de folk’ dek viernes ofreció las actuaciones de ‘Los malagatos’, de Málaga’, y ‘El naán’, de Palencia, mientras que el sábado fue el ‘Festival de folclore’. Tres años después, el escenario volvió a acoger el baile más tradicional, siendo los primeros en actuar los más jóvenes del grupo palmesano, en esta categoría llamados grupo folclórico infantil ‘Santa Florentina’. Qué satisfacción dio ver actuar a esa nueva hornada, en lo que era su debut escénico. Nuestras tradiciones tienen futuro tanto como presente y ahí hay que referirse a la actuación del grupo adulto. Qué agradable resultó verlos otra vez bailar bajo las coloreadas palmeras y con esos históricos vestuarios de nuestros campos. Cuando acabaron, se cambiaron con rapidez (casi ‘a lo Superman’) y se pusieron a trabajar con el resto de grupo en la cantina y en otros puntos de la finca. Voluntad (auténtica) de servicio se llama eso.

Por el escenario también pasaron tres grupos más, cada uno con su sello de identidad y todos con un espectáculo brillante. Comenzó con ‘Abuela Santa Ana’ de Albacete, continuó con los muricnaos del grupo de coros y danzas ‘Francisco Salzillo’, también de larga trayectoria, y concluyó con un estilo distinto pero igual de brillante a cargo de coros y danzas ‘Villa de Leganés’ de Madrid, aunque en realidad muestra sus raíces de otras tierras, siendo su sede la Casa de Extremadura de la localidad madrileña.

El escenario también acogió la presencia de la alcaldesa, Noelia Arroyo, para la clausura oficial, protocolo que culminó con una frase muy cartagenera del abuelo Piñana. La regidora del municipio estuvo acompañada por el teniente de alcalde Manuel Padín y el concejal Carlos Piñana, además del presidente de la Junta Vecinal Municipal de La Palma. Agradó ver cómo, de forma voluntaria, retrasaron la cena hasta no ver la exposición y asistir a una parte de las actuaciones del escenario. Esa mágica noche también pudimos ver, entre otros, concejal Enrique Pérez; al presidente de de la Asociación de Vecinos de La Palma, Ángel Mateo; al  cronista oficial cartagenero José Sánchez, etc.

Hubo más focos de atención. La estupenda exposición de los artistas del esparto de Los Puertos de Santa Bárbara se pudo contemplar en un espacio interior de la finca. De forma paralela, de la cantina de cañizo iban saliendo manjares de nuestra tradición gastronómica: tomate con boquerones y acietunas, frito de tomate de verano, patatas con ajo, longaniza, michirones, pan con sobrasada… Todo riquísimo que fue ingerido con el acompañamiento de agradables tertulias por sus comensales. Como es tradicional, se ocuparon todas las mesas y faltó sitio, y como también es tradicional, no hubo servicio de mesas, siendo cada uno el que se levantaba, pedía, pagaba y portaba. Y tras la buena cena, además del espectáculo folclórico, un café de puchero, unas flores dulces y un chambi. ¿Quién lo supera?

Escasos minutos después de la medianoche tuvo lugar el último baile de 2022 y comenzó un castillo de fuegos artíficiales que sorprendió por su duración (sobre el cuarto de hora), que agradó por su estética y que causó algunas molestias en el cuello. Hacía tres años que no estábamos tanto tiempo con la cabeza hacia atrás mirando a un cielo que se llenaba de explosiones y colores.

Festival Nacional de Folclore en la Comarca de Cartagena, capítulo 18 de las aventuras y desventuras de una tropa palmesana de paladines de las tradiciones. Continuará…

Fuente: Cartagena de Hoy.