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domingo, 4 de abril de 2010

Cŕonica de las Procesiones de La Palma 2010

Otro año más las procesiones han resultado todo un éxito. Magnifico Encuentro e impresionante procesión de Ánimas, de las más originales que se pueden encontrar en la Diócesis, que motiva a sus participantes a seguir mejorando y engrandeciendo estos cortejos. Enhorabuena a portapasos, penitentes, asistentes y al párroco Emilio Sánchez Espín. Felicitaciones que extendemos a la recién creada banda de tambores y cornetas de la Asociación Musical de La Palma.


Personalmente creo que se podría pensar para años venideros en el canto de unas saetas, que son oraciones cantadas que cruzan el aire, para las imágenes del Encuentro, en Martes Santo. En esta comarca tenemos buenos cantaores, así como músicos de banda que podrían formar parte del cortejo poniendo sus notas musicales. Bueno el chocolate a la finalización de los actos.



RECUERDO A FLORENTINA LEÓN


Algunas personas, como Mari Geli o María “la del médico” me hablaban estos días de la figura de Florentina León, una feligresa que tanto trabajó por las procesiones de La Palma solicitando la colaboración económica de comercios, hasta en Cartagena, u organizando rifas cuyas tiras vendía, acompañada de su inseparable bolso, recorriendo las calles de localidad y los numerosos caseríos. Luchó sin descanso por la realización de la “cama” al Cristo yacente que construyó el maestro carpintero Jesús Urrea, acompañada de las imágenes de la Virgen de Los Dolores y el Cristo Crucificado, las tres que actualmente procesionan. Aunque no ha sido un pueblo con tradición en este tipo de actos si que salieron a la calle algunos años en la década de los 40, 50 y alguna vez en los 60.


LA COFRADÍA DE ÁNIMAS. Del año 1703 a 1854


Eso es lo que recuerdan los mayores de la tribu, en fechas anteriores sabemos que existieron tres cofradías en la parroquia, siendo las que más hermanos contó la de Ánimas, que inició su historia en el lejano año de 1703, acabando en 1854. Las otras eran la dedicada a la Virgen del Carmen y la Archicofradía del Santísimo Sacramento. En los libros que se conservan en el archivo parroquial no existen datos que nos describan cómo eran sus desfiles pasionales, pues recogen fundamentalmente datos económicos de gastos e ingresos, pero si nos permiten deducir que los había.


PROCESIONES EN DIVERSAS LAS RELIGIONES DESDE HACE 10.000 AÑOS


Desfiles con imágenes sagradas se daban ya en fechas remotas anteriores al cristianismo, que algunos historiadores datan hace unos 10.000 años como actos de petición a la Diosa Madre, Diosa de las Cosechas, para que permitiera la lluvia y con ello prosperase la actividad agrícola, sustento de la humanidad. Eran fiestas de duelo por la muerte del hijo, y en otros casos de la hija o el esposo de la Diosa Madre, simbolizando la muerte de la semilla que es sepultada en la oscura tierra para que luego resucite dando fruto abundante. Gracias a las lágrimas vertidas por la Diosa, Dolorosa, Llorona que según los lugares de la costa del Mediterráneo y las religiones de esa región reciben distintos nombres: Afrodita, Artemisa, Cibeles, Ceres, Venus, etc. Los hijos o hijas que simbolizan la semilla germinadora que resucita tras morir: Adonis, Osiris, Baal, Tammuz, etc.


El duelo era celebrado con procesiones que recorrían los campos con las imágenes divinas mientras lloraban las plañideras, se lanzaban saetas verbales, danzaba o se tañía música. Repetimos que las procesiones se daban y se siguen dando en gran número de religiones: hinduismo, Islam, judaísmo, cristianismo, etc. Siempre presente la muerte y la Resurrección, el viaje del alma al Más Allá y la experiencia terrible del Hades o infierno.



José Sánchez Conesa


PROCESIONES EN LA PALMA 2010 (II

EL AUGE DE LAS PROCESIONES DE SEMANA SANTA EN NUESTRO TIEMPO


A pesar de vivir en una sociedad tan secularizada como es la europea son muchos los ciudadanos que necesitan participar en rituales sagrados como son las procesiones de Semana Santa ¿Es una vuelta al pasado?


Creo que el hombre necesita unas referencias espirituales en medio de tanto materialismo, individualismo, desorientación vital, escepticismo…Siempre se termina por volver a las grandes preguntas sobre el sentido de la vida y de la muerte porque se precisan certezas que nos orienten a lo largo y ancho de los días y el cristianismo las ofrece. No en vano, nuestra cultura y tradición están marcadas en gran medida por el Mensaje de Jesucristo.


Pero además resulta atractivo para cualquiera la participación en una empresa común, es decir, unirse a otros para trabajar en común buscando la solidaridad grupal. Meter el hombro, y nunca mejor dicho, para sacar las procesiones de tu pueblo, lo que lleva aparejado la participación en reuniones, aportando tu opinión, tus ideas y tu trabajo para que todo salga mejor. Sentirte importante, parte de un todo, de un gran grupo de hermanos que conforman una cofradía o hermandad.


En los últimos años, sobre todo desde los 90 a esta parte, se ha producido un auge importante de las procesiones de Semana Santa en numerosas localidades del Campo de Cartagena: El Algar, La Aljorra, La Puebla, Balsicas, Dolores de Pacheco, Balsapintada, Cabo de Palos, San Pedro del Pinatar, etc. Algo que causa sorpresa debido a la gran tradición procesionaria cartagenera, pero las gentes desean que su pueblo tenga sus propias procesiones con sus rasgos y singulares. Asistimos al deseo de muchos vecinos de los pueblos de exhibir la identidad local con orgullo, no les vale que en la ciudad de Cartagena o en Murcia las haya, quieren también desfiles pasionales en su tierra, con su gente. Su pueblo es lo primero.


Se da una vuelta a la religiosidad popular tradicional tras una época de sobriedad y sencillez en los actos litúrgicos y religiosos, auspiciada por la propia Iglesia Católica desde el Concilio Vaticano II, que comenzó en 1962 para concluir sus sesiones en 1965. Los feligreses recuerdan que entre otras muchas cosas aquella importante renovación y modernización supuso acabar con la misa en latín y de espaldas al pueblo. Pero muchos sacerdotes, seguidores del Concilio, eliminaron manifestaciones tradicionales como las procesiones por considerarlas elementos del pasado. Ahora la Iglesia, en una Europa alejada de la fe, busca evangelizar a través de estas manifestaciones que vuelven a concitar la participación de la gente. Una manera de estar próxima a la feligresía y a otras personas que no toman parte en la vida parroquial de manera habitual pero que desean procesionar.


José Sánchez Conesa


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