En diversos rincones de la comarca nos refieren historias que tienen como escenario casonas de campo, en otro tiempo sedes de la Santa Inquisición según la tradición oral. En las inmediaciones de La Mina, caserío cercano a El Albujón, se encuentra la casa de los Padres, llamada así por haber pertenecido en el siglo XVIII a la orden religiosa de San Felipe Neri. La leyenda nos habla que fue propiedad de los inquisidores, quienes encapuchados y valiéndose de su autoridad entraban por las noches en las casas de los lugareños para raptar a las jóvenes doncellas con el objetivo obsceno de violarlas. Por último, las emparedaban en la propia sede inquisitorial, haciendo así desaparecer sus cadáveres. Algunos vecinos comentan que de niños entraron en la vivienda para contemplar las siluetas insertadas en los muros de las desdichadas muchachas. Otro informante asegura la existencia en los sótanos de la casona de «una máquina de cuatro brazos en los que se amarraban los brazos y las piernas y se le daba vueltas a una manivela para que soltara la lengua». Es decir, estamos ante un instrumento de tortura para arrancar la confesión de sus delitos al torturado.
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Autor: José Sánchez Conesa.
Fuente: Diario La Verdad.
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