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viernes, 29 de noviembre de 2019

La masificación y los horarios enfadan a los usuarios del autobús en La Palma.

Los vecinos de La Palma han vuelto a la carga con lo que consideran desde hace años un agravio comparativo con el servicio de transporte público. Los horarios de los autobuses, no ajustados a sus necesidades, la masificación en los vehículos por las mañana y a mediodía, y los retrasos, a veces, de casi un cuarto de hora, han hecho que los palmesanos reiteren su descontento con un servicio del todo «deficiente». Todo ello se une a la escasez de frecuencias de paso, que hace a los usuarios, entre ellos muchos estudiantes menores de edad, la vida «difícil», contó una residente, Toñi Pérez.

Por las mañana hay dos autobuses, uno a las 6.40 horas y otro a las 8.10 horas. Los horarios son la principal queja de los vecinos. «Muchos usuarios son trabajadores que comienzan su jornada a las ocho y estudiantes que entran a clase a las ocho y media. La mayoría de ellos cogen el primero, porque con el segundo, que ya de por sí va masificado, no llegarían a su hora», explicó la vecina.

Una situación similar ocurre a mediodía, cuando llega la hora de volver a sus casas. El primer autobús en dirección a La Palma sale a las 13.30 horas desde el Paseo de Alfonso XIII y el segundo, a las 16.30 horas, dos frecuencias que, de la misma forma que por la mañana, no están adecuadas a sus necesidades. Denuncian que en el segundo de la mañana y en el de mediodía la saturación es tal que la mayoría de los usuarios se ven obligados a ir de pie, «con el peligro que ello conlleva», insistió Pérez.

Diez horas para asistir a clase

Esta situación la sufre todos los días la estudiante de la Escuela de Hostelería Itziar Calvo, una joven de veinte años que ocupa diez horas diarias para ir a clase. Se levanta a las 5.45 horas para coger el autobús de las 6.40 «porque con el siguiente llego tarde», indicó. Una vez en su destino, eso le obliga a esperar en la calle a que abran el instituto casi una hora. «A la vuelta me ocurre lo mismo. Como al que sale a las 13.30 no llego, me subo en el de las 15.30. Muchos días como en la misma parada de autobús, entre que salgo de clase y me monto en el bus», añadió la joven.

Se trata de una queja que los vecinos de La Palma llevan realizando desde hace años. En marzo del año pasado, el Ayuntamiento se hizo cargo de la línea. Anteriormente, las competencias sobre ella las tenía la Comunidad Autónoma, que había adjudicado el servicio a una empresa de transportes.

Esta, ante la escasa rentabilidad que le reportaba, se planteó cancelarla, pero la presión vecinal lo impidió. Entonces fue el Consistorio el que acordó con la Administración regional quedarse con el servicio, para muchos vecinos «esencial», ya que viajan a la ciudad para ir a los hospitales, de compras, a visitar a un familiar o, simplemente, a pasear.

En ese momento, los vecinos ya plantearon la posibilidad de aumentar la frecuencia, pero el Ayuntamiento decidió mantenerla. Ahora vuelven a la carga y solicitarán que haya, al menos, un autobús más entre los dos de la mañana y los dos del mediodía. «Poner uno a las 7.30 horas y otro a las 14.30 horas sería lo idóneo para estudiantes y trabajadores. Así podrían llegar a su hora y los vehículos no irían repletos, como pasa ahora», propuso el presidente de la Agrupación Vecinal, Ginés González.

Estudio de la situación

La concejal de Servicios, María Casajús, explicó que el Ayuntamiento de Cartagena está analizando la situación y las necesidades reales del servicio de transporte público en el municipio. Esto, añadió, «servirá como base para la elaboración de un Plan Director del Transporte Público del municipio de Cartagena, que estará coordinado con el Plan director del Transportes de la Región de Murcia, en el que lleva tiempo trabajando la Comunidad Autónoma, con el objetivo de poner en marcha medidas que permitan optimizar y mejorar la calidad del servicio en beneficio de todos los cartageneros».



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