El Martes Santo tuvo lugar una solemne procesión de Encuentro con las imágenes del Cristo Crucificado y la Dolorosa; ésta última fechada en 1.950 y obra del escultor José Sánchez Lozano, artista que continuó el estilo de Salzillo, y que tanto trabajó para las procesiones cartageneras, como pudimos comprobar el Miércoles Santo Californio.
Como ya hemos tenido oportunidad de escribir en otras publicaciones, La Palma ha tenido una tradición procesionista intermitente en el tiempo, sin una continuidad debido, a nuestra opinión, a su cercanía con la ciudad de Cartagena, a donde marchaban los palmesanos para contemplar los magníficos desfiles pasionales.
Las cofradías parroquiales que existieron en los siglos XVIII y XIX sacaron procesiones a la calle, aunque de los datos que disponemos no son muy precisos en los detalles. Ya en el siglo XX salieron en algunos años de la década 40, 50 y muy poco en los 60, hasta que el párroco Eduardo Rueda en 1.993 organizó en Martes Santo un Vía Crucis por las calles del pueblo. Desde entonces ha salido la talla del Crucificado, incorporándose después la Dolorosa. Ya el año pasado tomó un fuerte impulso pasando de Vía Crucis a procesión, sin embargo, este año se ha marcado todo un hito gracias al tesón y poder de convocatoria del párroco actual, Emilio Sánchez. Subrayamos la gran participación de portapasos y penitentes vestidos con sus túnicas y gorros hebreos, los hombres, que portaban el Cristo, de rojo y las mujeres, a la Virgen, de azul celeste y marino. También es digno de mencionar el numeroso público congregado para presenciar el cortejo.
El Sábado Santo, a las 6 de la mañana, salió la procesión de las Ánimas, que pretende continuar la cofradía o hermandad de las Ánimas vigente en La Palma desde el año 1.703 a 1.854. Los hermanos de esta asociación acompañan con estandarte y hachotes los entierros de los integrantes de la hermandad, realizaban misas y oraciones para su eterno descanso y costeaban los gastos de dichos sepelios, así como los de los pobres de solemnidad, más otras obras de caridad.
La procesión partió de la iglesia hasta el interior del cementerio, regresando otra vez al templo parroquial donde se rezó la conclusión del Oficio de Tinieblas, centrado en la muerte de Jesucristo. Llevan los penitentes, que visten túnica y capucha negra, un hachote como signo que ilumina el camino hacia el Padre. Este acto es toda una oración por todos nuestros difuntos, rememorando así la Iglesia el descenso de Cristo a los infiernos para rescatar las almas del purgatorio. Son muy escasas las procesiones de ánimas en la diócesis, y creemos que la de La Palma es la única que llega hasta el camposanto.
Como ya hemos tenido oportunidad de escribir en otras publicaciones, La Palma ha tenido una tradición procesionista intermitente en el tiempo, sin una continuidad debido, a nuestra opinión, a su cercanía con la ciudad de Cartagena, a donde marchaban los palmesanos para contemplar los magníficos desfiles pasionales.
Las cofradías parroquiales que existieron en los siglos XVIII y XIX sacaron procesiones a la calle, aunque de los datos que disponemos no son muy precisos en los detalles. Ya en el siglo XX salieron en algunos años de la década 40, 50 y muy poco en los 60, hasta que el párroco Eduardo Rueda en 1.993 organizó en Martes Santo un Vía Crucis por las calles del pueblo. Desde entonces ha salido la talla del Crucificado, incorporándose después la Dolorosa. Ya el año pasado tomó un fuerte impulso pasando de Vía Crucis a procesión, sin embargo, este año se ha marcado todo un hito gracias al tesón y poder de convocatoria del párroco actual, Emilio Sánchez. Subrayamos la gran participación de portapasos y penitentes vestidos con sus túnicas y gorros hebreos, los hombres, que portaban el Cristo, de rojo y las mujeres, a la Virgen, de azul celeste y marino. También es digno de mencionar el numeroso público congregado para presenciar el cortejo.
El Sábado Santo, a las 6 de la mañana, salió la procesión de las Ánimas, que pretende continuar la cofradía o hermandad de las Ánimas vigente en La Palma desde el año 1.703 a 1.854. Los hermanos de esta asociación acompañan con estandarte y hachotes los entierros de los integrantes de la hermandad, realizaban misas y oraciones para su eterno descanso y costeaban los gastos de dichos sepelios, así como los de los pobres de solemnidad, más otras obras de caridad.
La procesión partió de la iglesia hasta el interior del cementerio, regresando otra vez al templo parroquial donde se rezó la conclusión del Oficio de Tinieblas, centrado en la muerte de Jesucristo. Llevan los penitentes, que visten túnica y capucha negra, un hachote como signo que ilumina el camino hacia el Padre. Este acto es toda una oración por todos nuestros difuntos, rememorando así la Iglesia el descenso de Cristo a los infiernos para rescatar las almas del purgatorio. Son muy escasas las procesiones de ánimas en la diócesis, y creemos que la de La Palma es la única que llega hasta el camposanto.
JOSÉ SÁNCHEZ CONESA
Historiador
Historiador
- Horarios de Semana Santa.
- Fotos de la Procesión de las Ánimas en el Margen Superior Izquierdo del blog. (Cortesía de Antonio Saura).
- Recordad que podéis enviar vuestras fotografías y cualquier otra aportación a: elpueblodelapalma@gmail.com
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