La última oleada de robos denunciada públicamente por los
vecinos se está dando en La Palma esta semana. Allí, varios propietarios
de chalés del entorno del cementerio parroquial se han encontrado el
coche con una puerta forzada o una ventana rota y no han podido ponerlo
en marcha, al haberle sido sustraída la batería a la misma entrada de su
casa. Los ladrones también se ceban con las viviendas en las que cuelga
el cartel de 'Se Vende o 'Se Alquila' tanto en el centro como en los
alrededores, según informaron fuentes vecinales de la localidad.
En los asaltos a los vehículos, los ladrones inspeccionan
el maletero y la cabina en busca de todo aquello que puedan llevarse
rápidamente: sillas de niño, mantas, cargadores de móvil, etcétera. A
continuación abren el capó desde el cuadro de mandos y se llevan la
batería, probablemente para intentar revenderla a precio de ganga a
algún taller o desguace de los alrededores.
Otro tipo de robo es el que sufren los camiones de
transportistas que los dejan aparcados en el polígono industrial de la
localidad o en alguno de los estacionamientos cercanos. Según las
fuentes consultadas, los 'cacos' se las ingenian para forzar el depósito
de gasolina y bombear su contenido, que puede suponer varios cientos de
euros en combustible, hasta dejarlo seco. Como lo hacen por la noche,
los conductores se encuentran por la mañana con que no pueden ponerlos
en marcha para ir a trabajar.
La demarcación de La Palma depende del cuartel de la
Guardia Civil de El Algar y del destacamento de la Policía Local de Pozo
Estrecho. Pero los agentes de la Benemérita destacados en ese puesto
tienen que cubrir casi toda la ribera sur del Mar Menor, además de esta
localidad del interior. Y los funcionarios municipales carecen de las
competencias para instruir denuncias y para iniciar investigaciones.
Fuente: Diario La Verdad.
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